Subido al mástil de este naufragio
entre cariñosas manos
que rozan el desdén
de tanta melancolía
aire en medio de almas
que se llenan perdidas y galopantes.
Esto no es mas
que un viaje de misterio
al fondo de la calle desolada
donde el farol alumbra
la alameda
de un barrio dispuesto a despertar
y respirar del día
el oxígeno siniestro
para poder sobrevivir.