Tiré amarras en mil puertos
y derroché virtud en otros tantos cuerpos
me vestí del cálido humor de otras pieles
y me humedecí en muchos olores
En el fragor de la pasión mordí mis labios
para que otra piel no se ofendiera.
Recorrí los caminos de la piel en busca
de quien pudiera extinguirte de mi anhelo
Nada más inútil, zafio y tonto
porque la inteligencia no conoce de ti
y no soy, aunque parezca; un imbécil
para intentar borrarte desde fuera
Desgrané miles de “te amos” falsos
en busca de remover mis adentros
de remover ese fuego eterno e interno
que nace del hueco absurdo que te nombra
Y no pude. Siempre estás, como maldición
en el angustioso respirar almizcle ajeno
que me recuerda tu galaxia de aromas
que me envolvían en noches que ya no hay
Sea pues, quédate. Soy suficiente para dos
En cada beso, aurora en miles de amantes
Como mentira perenne, sé virtualmente mía
Y yo como venganza, seré mortalmente tuyo