Dibujas un sendero invisible en donde desdibujas la realidad para que sigan tus pasos,
en donde todo lo que das no establece relación con aquello que tus palabras prometen.
Te sientes constructor de nuevas formas de amar,
Vivenciando la soledad como un proceso por el que debes transitar
de la mano de quién cree le entregas alquimia amor
pero solo es química pura que solo ama el envase por en sima del corazón.
¿Sabes en verdad amar?
Sostienes un argumento repetitivo del significado mismo del verbo amar
Pero son eso, palabras que por acción refleja expulsas al querer conseguir de alguien lo que necesitas.
Entiendes las relaciones como el simple hecho de leer sin un sentido crítico,
Sin poner en práctica los sentidos cada vez que exploras cada palabra expuesta
Y pasas de las personas que llegan a tu vida como si fueran páginas
en un libro que por costumbre has aprendido a leer.
Construyes por hábito castillos de papel instruyendo “modelos” ficticios que puedan habitarlos
Que puedan formar parte de lo que tú llamas un estilo de vida diferente
El cual la regla fundamental es adaptarse y cuando eso no ocurre
ya tienes quien reemplace aquella doncella que decidió escapar de tu castillo de mentiras.
Entiendes muy bien el juego porque tú mismo estableces las reglas
Eres tú quien decide quien entra y quien sale
Determinas ese momento en el que te es apropiado dar “jaque”
O exponer cual examen oral todo el libreto prescripto y bien memorizado
Con el que te defiendes cada vez que tus jugadores se te revelan.
No importa cuánto tiempo cueste entender cómo se debe jugar
Porque tú manejas el tiempo como deseas, como así también las cartas que en el obtienes.
Las cambias cuando no te sirven para tu sucia jugada
O cuando ves que la que te ofrece te conviene más.
¿Y quién eres en verdad?
Puedo compararte con un huracán arrasando ciudades enteras
para desvanecerse en la nada y volver a formar parte del cielo infinito.
Así mismo manejas las personas que entran en tu vida.
Y apareces obsequiando palabras vacías a seres necesitados de un poco de afecto.
Les llegas de la misma manera en la que el viento altera los cielos
formando un devastador huracán que cobra fuerza cada vez que toca aguas tranquilas
de la misma manera en la que entre sábanas pretendes nivelar
el falso amor que das con el hecho de que solo lo haces por jugar.
Y así como en la naturaleza,
Llegas para alterar las vidas de quien arrastras a tu miserable juego
Jugando sus propias cartas, haciéndote de todo lo que ellos te ofrecen hasta dejarlos sin nada.
De la misma manera en la que la naturaleza se defiende de la crueldad del hombre,
Así debería aprender a defenderse de personas como tú
Que entierran los sentimientos de quien los adoraba junto con su propia memoria.