Soledad de mis recuerdos, vivencias de mi posteridad.
Silencio de mis lamentos, oscura es tu visibilidad
No hallo bullicio entre tus auspicios de querer desaparecer, se me va la vida, no cura la herida, y tú aun te dejas ver.
Soledad desencadenada alrededor de mi cama, en mis noches de placer, fingido de viejos recuerdos que me hacían arder, un viejo cuarto oscuro con olor a la fémina que hace tiempo no ve, un buró antiestético con un viejo anaquel, el tiempo no halla salida, el mortal camina mientras discrimina su decadente razón de ser, pues vive la vida con semejante desdén.
Soledad arrepentida de tanto esperar, se siente un objeto más de ese desván, deteriorado del vaivén y de fracasar en su intento por huir, pero hay uno que no le deja salir, y es ese mortal que no le encuentra sentido y un fin, a los amargos recuerdos de viejos amores desterrados entre el augurio de un buen porvenir.