Retornando al umbral encantado
De tu perniciosa sonrisa,
Me pierdo en la efímera tentación
De tus libidinosos labios.
Mi corazón maravillado
De inocencia se pervierte,
Y el deseo vivo arde
En el borde de mis labios bajos.
Embriagante efervescencia elíptica
Se curva en mis entrañas,
Espumante y lujuriosa poción
Que extasía a mi doncella desnuda.
Caballero de brillante armadura,
Consúmase tu patraña amatoria
Y fúndeme en el sueño suspirado,
De perderme entre tus brazos.