Las hojas perennes ya alzan su vuelo,
entre los cánticos que cada hoja aguarda.
Corrientes melancólicas produciendo desvelo
entre mi ser que palpitantes rayos alcanza.
Dulce lluvia, triste sed,
que revela cada uno de mis pedazos
que vulnerables asoman
entre mi sonrisa y mi corazón intactos.
Goteo solemne, apenas un parpadeo,
que insinúa su melodía entre mis entrañas,
que ya no son —sino fueron—,
mis más valientes hazañas.
Marchitando entre el sol,
que escondido de sus realidades,
relata mi alma exprimida
de amar y no ser amada.
No poder pronunciar
un triste soneto fúnebre
que junto mi corazón roto
la lluvia escampa.
Cuando mis puños se cierran
y un engaño se desvela,
grito mil relevantes suspiros
que junto mi amor descansarán
entre las sábanas del olvido,
del dolor,
de lo prohibido.
-Ams