El sueño americano destrozando la mirada de los jóvenes decadentes,exiliados.
Llovizna gris desesperanzadora en los territorios del latino, del asiático y el africano,
cada uno con la pobreza que les fue implantada en el fervor de siglos pasados,
con la carga del dolor que causa la ignorancia, la pobreza y la poderosa hambruna.
Caminan. Vuelan. Corren. Nadan. Quieran tele-transportar su masa al lugar del sueño,
de los excesos y locuras, del papel verde con valor más importante que la vida misma,
les carcome el alma ese frenesí de conocer un actor esbelto, sublime, perfecto. De vivir el sueño.
Se funden sus partículas en el calor de sus sueños, en el calor del desierto, el mar y el cielo.
Millones van por esos caminos que llevan al aclamado lugar, la patria de las barras y las estrellas,
la patria homicida, la patria asesina del mundo y sus maravillas.
El reducido grupo que llega al paraíso de las cucarachas y las ratas, abre los ojos
con el sueño menguado, con la fatiga acumulada, con las ganas de un suicidio que no llega.
Desgraciados hombres, con espíritu hambriento, en trozos sus sueños se dispersan
por el suelo norteamericano, al final un consuelo encuentran en ls bolsillos: papel verde o muerte sin sentido.
Latino, asiático, africano, europeo, cruza el mundo para morir en el infierno.