José de Jesús Camacho Medina

La piel nos inmortalizó

Nuestras pieles se contactaron
en un rito que trasciende
moldeamos un recuerdo indeleble
y de la magia fuimos artesanos.

No dejamos rastro a la incertidumbre
pues colocamos una alfombra etérea
que fue un dragón que con su lumbre
aniquiló a los prejuicios
y fue la inquisición de todas las penas.

Puedes marcharte lejos
y simular que eres una galaxia distante
pero cuando tus poros se encuentren abiertos
recordarás que fui un peregrino
que estampó su firma en aquellas tierras.

(Ya somos eternos
sino preguntale a tu piel y a mi piel)