Urania Celeste

Inocencia

El deambular asegurado
bien abrigadas las pasiones,
la mirada en elementos
monocromáticos, fijos, lentos.

Se arrinconan, invariables, tus días
mimetizando la nulidad de los peces,
envuelto en mares desconocidos,
preso del tedio y la desidia.

Un encantamiento certero
te ha procurado el don
de mirarte en todos los espejos
sin por ello saber del Sol.

Vas creando,
piedra a piedra
la desmedida distancia
que supones a las palabras,
poniendo coto a la Verdad.

Verdad aquélla, colmada
de flores y también de Mal.

Verdad como el viento acérrimo
que una noche invernal nos dejó
los cuerpos en el suelo,
muertos de risa
y mirando al cielo.