DEMÓDOCO

DESPRECIADÍSIMO CALÍGULA

 

Por Alberto JIMÉNEZ URE

  

He recibido, sorprendido,

Tu «invitación» a una bacanal

En el fabuloso Palacio Romano:

Donde me prometes mujeres,

Abundante comida y mucho vino.

 

Si rechazo tu propuesta

Es porque ya  hace años

Fui decapitado y sodomizado por ti,

En presencia de senadores ovacionándote.

 

¿Has olvidado que exhibías

Al pueblo mi ensangrentada cabeza?

 

Donde estoy la catarsis es perpetua:

Un lugar muy distinto a eso que (todos)

Imaginábamos infernal y cuyas puertas

Sistemáticamente ruegas te abramos.

 

No lo haremos, Cayo César Germánico:

Procura resignarte permanecer en eso

Que merecías, porque no existe el perdón

Y nadie entre tus inocentes víctimas te abrirá

Portales destinados a experimentar goces.

 

¿Qué sucedió a tus escuderos,

Aduladores y ejércitos imperiales?

¿Y tu inmenso poder de semidiós?