¡SEÑOR!
¡Señor! te clamo aquí solo y postrado,
temo lanzar improperios al viento,
sin ti mi vida es amargo tormento,
pena siente mi corazón cansado.
Quiero sepas, siempre te he respetado,
mis ruegos son reales, eso siento;
lloro a raudales, sabes que no miento,
cuando fallo me siento desolado.
Pido con fervor y por eso clamo:
¡Oh señor devuélveme la alegría!
que prosperen los seres que más amo.
¡Señor! Gracias por oír mi plegaria,
plegaria que siempre yo te proclamo,
y mis labios gritan con gran euforia.
Autor: Fabio Bohórquez Rodríguez
Registro No. 10-635-260.
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