Ven y siéntate a mi lado.
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¡Ho, amada mía…
Ven y siéntate a mi lado
para contemplar el cielo en
esta noche tan serena y
clara. Juntos, volaremos a
las galaxias más lejanas
para inundarnos de los rayos
de su luz, e incendiarnos con
el fuego de sus llamas!
¡Oh mi amada…
Ven a respirar el aire limpio
y a beber agua de la fuente…!
Suéltate el pelo y apoya tu
cabeza en mi pecho: ¿No oyes
mi corazón -el grito de mi
sangre… la epifanía de mi
alma… la fuerza impetuosa
que agita mi deseo…?
¡Ungiré tu cuerpo con el
perfume de los jazmines y
encenderé tus labios con el
fuego de mis besos...!
¿No es aquella la sonrisa que
perdiste, la dicha y el gozo
que olvidaste…?
¡Vuela y súbelos en tus alas
antes que se escapen…!
¡Oh querida mía…
Me gustaría amarte hasta
que se apaguen las estrellas y
llegue la alborada anunciando
el nuevo día …!
¡Pero antes, permíteme que te
recite algunos de mis versos,
que te muestre el fuego que me
quema -la hoguera donde ardo-,
que cincele caricias en tu
cuerpo y te eleve hasta el halo
de la luna… que te descubra
la fuente del placer, que como
dádiva de mi amor, para
quererte guardo
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Autor: Francisco López Delgado.
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