Sin saber que buscaba algo, lo hallé, regresó a mí. Un alma.
Llegó encontrando la puerta cerrada, entonces tumbó los muros.
Y ahora se pasea por ésta casa,
revolcando los rincones,
que son sus rincones.
Me palpa,
me fractura,
y llena las comisuras con palabra que me cuentan a que sabe su dolor.