Un par de horas en la calle;
Los tendones de una niña que pasa cargada por acera de enfrente, me gritan pidiendo ayuda.
El abuelo pasa con la felicidad en sus brazos, se llama Mikel y solo tiene un año.
El perro negro me ve y quiere venir detrás de mi sonrisa. El dueño me dice,- tranquila que no pasa nada (lo sé)
Una persona conocida me felicita por lo bien que me ve.
Un perro de cuerpo blando y cabeza tricolor pasea solo sin correa, me recuerda al de una foto. Pregunto por el dueño a una pareja sentada en un banco no veo nadie más alrededor y me dicen que no son, una voz desde el interior de un coche me habla y me dice, el dueño soy yo. Yo no me atrevo a contarle que he visto un perro como el suyo en poemas del alma.
La vida pasa y agosto se acaba, creo que septiembre envidioso va a querer copiarlo. Posiblemente tengamos vera-toño. Pero el monte se teñirá de mil gamas de ocre en una preciosa paleta de colores y el viento desnudara los árboles y asi con las hojas cayendo, la naturaleza nos dirá en que estación estamos.
Vuelvo a casa y un “niño malo” me ha dicho” niña mala” y me hace sonreír. (Todos cambiamos alguna vez de opinión- Todos nos arrepentimos de cosas que hacemos o decimos).