Salvador Cano

Un vagabundo quiero ser.

Desorientado por la vida, sin camino y sin reloj;

ando perdido entre las  calles a oscuras sin algún temor.

Mis pies cansados de nunca descansar, 

y sin alma, sin fe y sin nadie ha quien amar.

 

Voy, sin suspiros ni deseos, a encontrar el final, 

para sentirme solo y mi alma poder llorar.

Mis lagrímas  son las que limpian mi cara, 

en mi llanto, mi vida ha de nadar;

Porque no hay alegría que conforte mi noche,

ni sueños que llenen de colores el día próximo a iniciar.

Vagabundo he de ser en un futuro,

vagabundo quiero ser.

 

Con mi harapos viejos y un poco rotos, 

demuestran como esta mi pobre corazón.

Un corazón que ya no late para vivir, 

sino para ser uno más del montón.

 

Duermo en las aceras, donde camina la horrible sociedad,

no cierro los ojos, no encuentro mi paz,

vendo cada día, por comida sin sabor,

aquello que de niño fue mío, eso que llaman libertad.

 

Vagabundo he de ser en un futuro,

vagabundo quiero ser.

 

En verdad lo tengo todo, una cama, un reloj y un placer,

pero cuando despierto, veo el día con mucha frialdad.

Soy uno mas de las masas, de esta gran colectividad,

que buscan con ambición, sin pensamiento,  en el lugar equivocado

lo que es la felicidad.

 

Y cuando paso por la calles de mi estúpida ciudad,

y veo en un trotamundos sin vestido, sin comida y sin hogar, 

su cara llena de alegría y de  gran prosperidad;

No tiene ambición, no tiene obligacíon, 

disfruta de la verdadera libertad,

y es ahí donde yo digo:

 

vagabundo he de ser en un futuro, 

vagabundo quiero ser.