De las múltiples heridas
que sufre
nuestro humilde corazón
a lo largo
de nuestra efímera
y confusa
existencia en esta vida…
La ingratitud de las personas
por la que has dado
lo mejor de tu vida, tu tiempo
y tus sueños,
quizás sea la que más duela
en el alma.
La que cada noche abre una herida
en tu pecho
y riega con su sangre las sabanas
del pensamiento
escribiendo en la blancura
de sus hilos
el más triste de todos los poemas.