argantonio

Promesas incumplidas

Me he prometido a mi mismo,

escribir un poema diario,

pero a estas alturas es un calvario,

como ponerse al filo del abismo.

 

Lo mejor es olvidarlo viajando con el pensamiento,

visitar lugares conocidos y desconocidos,

pueblos, monasterios en ruinas o reconstruidos,

dejarse llevar por el deseo, sin nigún mandamiento.

 

Conocer la tierra donde habitas,

es una suerte única,

sabiendo sus males ya no te irritas.

 

Gozaste y sufriste cada rincón,

te imagináste desnudo sin túnica,

porque notáste un vuelco en el corazón.