Destello de un suspiro
Destella el júbilo del canto del jilguero cuando enmarca
con su canto la poesía
que escribo bajo el limonero.
Ésta poesía lleva la fragancia de tu alma y el verbo de tu cuerpo,
los vientos de tu historia
y la prosa de tus luceros.
Las sombras acechan
al suspiro olvidado,
y las nubes lo llevan
al río entregado,
suspiro que entrega
pasión desbordada
del tanto amor
acaudalado.
En los estertores
de la agonía del suspiro,
tus besos queman
la liturgia de mis versos,
y llevas a tu alma
a los confines inermes
de letanía.
Las sombras pierden
su acecho y las disipa
la luz del día,
al suspiro olvidado
lo lleva las aguas
y lo entrega a su dama
cantándole su secreto.
Atentamente, Reynol Valdez