Y ahí estaba...
Tú piel contra la mía rozando
Me pregunte.
¿Acaso es el mismo sueño de la otra vez?
Cuidadosamente sin que ella se diera cuentas me pellizqué
¡Definitivamente estaba pasando!
Aquel sueño se convirtió en realidad
y nuestras almas y cuerpos se volvieron a juntar.