Edmundo Onofre

NOSTALGIA ESTIVAL

NOSTALGIA ESTIVAL


¿Vendrá el estío?
¿Qué sorpresas traerá?

Vendrá vestido como gentil hombre,
lucirá de fiesta, traerá regalos?


No sé cómo llegará,
porque la última vez que vino
se fue enojado con las nubes negras,
con el mal tiempo. Se fue enojado.
Jamás se despidió.
Tal vez llegue tarde o no vendrá.


Hoy, entumido, mojado, lo espero tanto...
necesito su calidez y abrigo a la brevedad.


Hoy, asustado, aterrado, lo espero tanto...
necesito su calor y compañía cuanto antes.


En esta noche tormentosa, relampagueante,
permanezco despierto sobre mi lecho.


La arboleda platinada de mi huerto
rechina sin cesar por culpa del viento.


En la soledad e intranquilidad de mi cuerpo
añoro la época estival a cada momento.


Oscuridad en mi cuarto, oscuridad fuera de casa,
a todo mi alrededor. La pena no me falta…

Granizar descomunal sobre todo el tejado…
sobre el tejado húmedo. Su resonar me aterra.


Esta noche, habito todo en el miedo,
permanezco despojado del mínimo valor.


La lluvia gruesa, casi horizontal
azota los pequeños ventanales de mi triste hogar.


El viento, con su potestad tormentosa
agita mi corazón angustiado.


Llueve copiosamente sobre la lluvia cristalina
de la grisácea tormenta.


Aguacero interminable de agua, de viento...
me acompaña despierto.


El temporal permanente que me oprime
me obliga a pensar en el estío.


Si viniera a verme aunque fuera una semana,
tan sólo una tarde...


...distinto sería para mi temerosa noche,
para mi temerosa vida.

 

Yo, aquí,
solitario, lejos,
cerca del fin del mundo,
permanezco solo, melancólico,
inundado de agua y de pánico,
sin dormirme en noches.


Pienso sólo en él,
esperando que venga....
que venga con su traje colorado,
adornado de rayos de sol
y con su alma radiante de júbilo.


...Y pensando sólo en él, llega a mis ojos
la tenue luz de la aurora...
me duermo profunda y súbitamente,
olvidándome del miedo
y de la infinita tormenta.