CADENCIAS
Callejero requinto
Viejo penderejo, de vetusto tronco
¿Por qué suenas tanto?
Congoja y silencio.
Cantas, luego existes.
De montes gorjeo
Las penas proscriben
El alma planea
por notas astrales.
Por aires que embriagan.
¡Vino de los vientos!
¿Por qué suenas tanto,
viejo penderejo?