Cuando pensaba agradecerte,
me di cuenta, no merecías eso -merecías algunos \"te quiero\";
cuando decidí anunciarlo,
me percaté que no merecías eso -merecías muchos \"te amo\".
Más, cuando decidida estaba,
una repentina explicación me detuvo -no diré nada,
no, porque no pueda o no deba,
sino, porque no solo mereces eso -conjuro infalible.
La inspiración es mi pretexto -complicidad asimilada;
sí, esta vez, seré prudente, y el amor tan solo el insumo,
para compartir y cumplir retos iniciados -ideales ejecutados.
Autor: Lilia Quituisaca-Samaniego