Búscame en el lugar de siempre, manifestó incesante y cansado.
Arrojo el reloj pues no quería saber si llegaba tarde, solo quería que llegase.
Marcando el ocaso lo ya evidente, con lágrimas en sus ojos repitiendo en su mente un día más, esperare un día más.
Era el día 12 del mes siguiente todo continuaba tal cual lo único cambiante era la ropa puesta, hacia lucir su rostro lleno de tristeza y esperanza.
Ya en su casa comenzó a redactar una carta donde hacia notar una alegría y un supuesto, no culpaba a nadie solo expresaba su gratitud por si quiera poder recordar, aunque entre paréntesis decía no fue suficiente.
Ya en la línea final agrego ame el café de sus ojos.
Día 14 mismo mes, mismo lugar y con una carta en el bolsillo de su abrigo, susurro ya es la hora se marcho y del abrigo cae aquel pensamiento ultimo, sin notarlo sigue su camino. Cosas pasaron ya no residía en el mismo mundo, pero si que leyeron su carta, no era esa persona pero al menos su carta fue leída.