Steylan Montilla

Enjuague de penas.

Ahogó cada momento recordado

en lágrimas provocadas por su ausencia

y es así como volvió despacio al gris rincón

aquél donde no habita, ni habitará más el amor

porque cada suspiro se enjugó de dolor

y cada aliento le insufla con frialdad,

que todo fue irreal...

que el amor a su vida nunca llegó

que sólo fue el visaje egocéntrico de la ilusión

de aquél que fingió amar,

para grabar en el epitafio de su corazón

la historia más falsa de amor

donde ahora yacen las ilusiones

de alguien que sí amó de verdad.