Julio A. Rocha

LOS DOMINGOS

Odiaba los domingos,


Las horas pasaban lentamente, cada minuto era eterno, no había nada interesante por hacer, más que dormir una buena siesta o curarse la resaca del día anterior, ¡Nada más!


Mamá se iba a la casa de mi tía junto a mi hermana, yo me quedaba en casa (no soy mucho de ir a reuniones familiares).
Tampoco soy de mirar tele, pero, ¡mierda!, ni una sola película buena por ver.

 

Nada más aburrido que un domingo,

 

No encontraba inspiración, por más que saliera a buscarla, lo único que venían eran recuerdos que ni quería recordar. El viento siempre es traicionero y cuando estas solo entre su brisa te trae algún perfume que te sumerge en la nostalgia.

 

Que tranquilos son los domingos,

 

Nadie grita, no hay música fuerte, por lo general todos se van, puedo escribir tranquilo; el único problema es ¡que era domingo!, y como nada pasaba, no tenía nada sobre que escribir.

 

Cómo odio los domingos.