El Bipolar y sus andanzas:
Episodio IV
No se cómo ocurrió,
ni porque pasó,
pero igual sucedió,
y a la opinión, sorprendió.
Renuncié a mi trono,
a mis logros públicos,
a mi futuro, a mis triunfos,
a mis caminos diáfanos.
Apoyé a lo antitético.
Un horrible desatino,
un ente inconsciente,
un orate, un demente.
Solo de esta forma,
luego, pude entender,
pues aquel que habló,
nunca, jamás, fui yo,
aunque para la historia
quedé como tal.
Desencanté a la gente
sin querer, sin ser,
sin son ni ton,
fue un funesto apagón.
Dentro de todo,
lo mejor que ocurrió,
fue que lo que expresé,
de ningún modo apliqué.
Lo padecí en solitario,
triste, ensimismado,
sufriendo, encerrado,
prisionero y contrariado.