\"Arremolinada la niebla
Qué en espirales asciende está noche,
Dibujando entre la tersa bruma
La finura palpable de tu rostro.
Y levanto mi mano a la luz del crepúsculo
Y acaricio tu rostro de diosa.
Lo siento cálido entre mis dedos,
Fluye como el agua impulsada por el río.
Y miro tus grandes ojos fijos,
Qué desde el fondo me miran imperturbables,
Y siento como mis piernas se vuelven débiles,
Mi garganta se convierte en desierto,
Y mi corazón palpita cual semental desbocado.
¡Oh vida mía! ¡Oh diosa mía!
Afrodita divina que ha visitado la Tierra,
Para posarse sobre mis labios,
Con tus labios de satén,
A desbordar de pasión este corazón anhelante,
Deseoso de tenerte y abrazarte.
Esto se siente como un sueño.
¡Que no me despierten nunca!\"