Odio que me beses el cuello
y que tus manos me sujeten
el vientre mientras el resuello
se escapa junto a la sartén
Ya sabes cuánto detesto
que se me quemen las papas
o se me olvide el queso
y el pan molido en dos capas
No soporto el horno frío
y las manos llenas de harina
y la zanahoria llena de hastío
rodando bajo la cocina
Te pedí me llevaras al cine
y por eso odio tanto tu risa
cuando me pides que te cocine...
¡y terminamos pidiendo pizza!...
Eso sí, el postre tuvo su encanto...