Tócame
hoy que el tiempo colisiona,
y el oficio de escribirte se vuelve transitorio.
Tócame
deja la impresión de haberme abatido en tu seno,
y mostrarnos un eclipse ambiguo.
Tócame
estaré dispuesto a copiar el mismo aposento,
cuando estemos de viaje, o la noche llegue tardía.
Tócame
mañana se le ocurrirá a domingo,
continuar el día entero peleando no apagarse.
Tócame
hazme saber que vendrán tus manos a llenarme,
como atmósfera a conciliar mis fuegos,
como agua en mi vaso que se haga basta.
Tócame,
Tengo hambre que atropelles mis hombros,
y si mañana se te ocurre aparecerte,
te quisiera como un chasquido pertinente,
como si llegaras a cogerme del susto y desmenuzarme,
y el don de alimentarme mientras llegue el último suspiro,
y me hagas destetar como si fuera bebe a quien cuidar.
Tócame
es posible que ande extraviado,
y aquella vez que se te hizo posible,
me rescates de este afecto huérfano.
Humberto Velasquez Jimenez
5/Septiembre/2017
12:51 a.m.