Sobre el tiempo
arrojamos nuestras manos
inexorables caricias
embeleso curvado en los secretos
De sus entrañas
húmeda la certeza
placer que nos delata
en la caricia
De sus vaivenes
danza el silencio de las grietas
piadosas melancolías
colgadas en relámpagos
erotizan la mirada
hasta extinguirse con la noche