Rosa Maria Reeder

El perfume de Dios

El amor a Jesús es un fuego que baña mi sangre
me abandono en el perfume de santidad
endulza mi corazón y no cesan mis rezos
en los días de oración cuando mis ojos
brillan ante su divina presencia
un rayo de luz que toca mi cabeza,
manos y pies meditando por su gran humildad.  

 

Como de tu bendito pan que derrite en mi boca
y llevando la ofrenda de amor a sus pies
cada domingo en la que le entrego mi alma
mi mirada elevada al cielo me parece verle
y al fondo el canto de los salmos
que toca mi espíritu como lanza en mi pecho,
tenía ese instante un momento de niña
me llenó un blanco silencio,
un abandono de paz
tan sereno como un tierno arrullo.  

 

Cuando he vuelto en sí,
tomo mi Dios lo más bello
de lo natural y bendito
amo su presencia
ante la bella vida.

 

Rosa Maria Reeder

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