El Bipolar y sus andanzas:
Episodio V
Solo Dios,
mi familia y allegados,
saben de ese adiós
y mundo complicado.
Compungido me sentí.
Ruborizado y apenado.
No pude evitar mohínos
y lúgubres días sin mí.
Estuve en un túnel.
Por fin pude salir
de esa simbiosis fatal,
y empecé a despertar.
Me reencontré.
Me levanté.
Me conecté y hablé.
Miré el horizonte,
grisáceo y sin porvenir,
renuente y hostil.
Que hice Dios?
Porque esta pesadilla,
estos mixtos episodios,
sin lógica y explicación.
Un estado de ebriedad
sin una gota de licor.
Una mente apesadumbrada
y un cuerpo ajumado.
Que hice mi Dios,
que todo cambió
y mi ser se desmoronó.
Perdí amistades,
éxitos, honores,
por un estado bipolar,
una enajenación mental,
invisible y esencial.