Inmersa en tupida bruma
con la conciencia enturbiada,
en el pecho una congoja
y un ahogo en la garganta,
el deseo de tenerte
espolea mis entrañas.
Secas están mis mucosas
esperando tu llegada,
recordando con anhelo
el deleite que me dabas,
en aquel tiempo maldito
en que a mi lado estabas.
En cualquier hora del día
mi boca te anhelaba,
te buscaba con premura,
ávida, te acariciaba
y al tomarte entre mis manos
ansiosa, suspiraba
Cuanto más te requería
dicen, que más me dañabas
Que inducías los gemidos
cuando el aire yo exhalaba,
que salían de mi cuerpo
como el llanto de una gata.
Mis bronquios están deshechos,
estrechas mis coronarias
Los espasmos de mi tórax
cuando la tos me ataca
descomponen mis miembros
en una mueca macabra.
La voz me sale ronca,
cascada y entrecortada.
Mis dedos amarillentos
tienen las uñas curvadas
y en mi casa hay un aroma
de humareda concentrada
Pero yo te necesito,
pues tu carencia me mata
mucho más que tu presencia,
porque se me parte el alma
en la soledad tan fría
que con tu luz calentabas……