Se marchó la tristeza junto al viento que de paso decía adiós,
y estando consiente de lo que significas para mí, soy Feliz,
feliz al saber que estas en mi aunque no estés conmigo,
así eres mi abrigo, mi hombre, y no mi enemigo.
Para mí no hay más infinita alegría,
que el saber que estás conmigo en el recuerdo,
En mi mente, en lo escrito, y en el alma,
Para que pedir más, dímelo amor mío, si tu así me das la calma.
Yo ingenua aun muerdo mis labios cuando recuerdo tu voz de hombre,
esa voz de trueno, esa voz tan fuerte, que me enloquecía en todo momento
al igual que tu suspiro al otro lado del teléfono,
¡cómo te extraño! pero me calmo cuando viene el recuerdo.
Tu jamás te iras de mí, o puede ser que sí, no lo sé,
Puede que seas eterno, puede que seas insuperable, pueda que seas infinito,
Pero puede que llegue alguien, alguien de la nada,
y con delicadeza, amor, y paciencia,
Querido mío, te reemplace.