Sonido brutal aturde mis oídos,
éter errático mora en mi cerebro;
deidad empírea que ocupa mi mente,
cáos fermentado proyección de la vida.
Acicate broncíneo invitando a la guerra,
regurgitando recuerdos del alma
castigo del tiempo cópula endiablada,
fósil de veneno inyectado en el alma.
eclosionantes gritos rebeldes y rechazos
tórrida lucha interior, contra el mal sueño;
Relente nocturno de pasión sin límites
marca el epitafio en que tu ser venció.