Con ansias espero en la estación el regreso de tus vacaciones, el moreno de tu piel juegan con el color castaño de tus lindos ojos, y con el brillo de tus rubios cabellos.
Hoy las aguas del Atlántico no acariciaran ni gozaran con el calor ni la suavidad de tu cuerpo, las espumosas olas no adornaran tus cabellos con su blanco color, tus brazos tampoco sentirán las cristalinas aguas cuando en ellas los agitas para flotar tu cuerpo al sol.
Esta noche nuestros cuerpos flotaran entre suaves y blancas sábanas de sedas, nos amaremos hasta que las primeras luces del alba alumbren nuestros desnudos cuerpos, descansando de una noche apasionada entre besos caricias y abrazos, besaré los más bellos lugares de tu cuerpo.
Sentiré tus caricias sobre mi pecho, tus cabellos sobre mi cara mientras nos besamos con pasión atrasada, ya no hay mares, océanos ni distancias que impidan unir y fundir nuestros cuerpos, aquí estamos frente a frente y cuerpo a besos.
Escucho por los altavoces la llegada de tu tren, viene muy despacio hasta parar en el andén, donde con impaciencia aguardo tu llegada, las puertas se abren y te veo salir con tu equipaje luciendo una falda color blanco marfil con una camisa roja, el sol se reflejaba en tus cabellos dejando una lluvia de oro fino.
Nos abrazamos y nos besamos, tu cara estaba muy alegre cuando los dos unidos por nuestras manos caminamos hacia la salida de la estación, al mirarnos echamos una larga sonrisa pensando en la gran noche que nos esperaba con un amor incóntrolado y lleno de pasión.
© José Cascales Muñoz
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4 de Septiembre 2017