La noche tranquila, nostalgia me llega,
me quedo callado, tan solo pensando:
Podría la suerte quitar la talega
de penas amargas, que vivo pasando?
Oscuro mi cielo, le faltan estrellas,
el negro horizonte se mira desierto,
de llanto anegado, con fieras centellas
de dudas mordaces, me siento ya muerto.
Espero con ansias la luz que ilumine
abrupto camino que siguen mis pasos,
el sueño querido que dicha germine,
y pueda ofrecerme sus tiernos abrazos.
Y flota mi nimbo cubierto de niebla,
con bárbara saña me cubre la vida,
y nada disuelve la oscura tiniebla
quedando quimera tan triste y perdida!
A veces que pienso los días pasados
que lleno de flores estaba el jardín,
mis sueños dormidos despiertan cansados
mirando ya mustios, la rosa, el jazmín,
Entonces pregunto: ¿Que vale ternura?
¿Que vale cariño? Que vale el amor?
La vida es un tiangue, sin alma, tan dura,
en donde le ponen, a todo, valor!
Autor: Aníbal Rodríguez.