Hoy todo es confuso, el poco o mucho avance que había hecho en estos días se ha perdido. Lo intenté, más que asimilar, fue aceptar que ya te fuiste. Pero no pude, los recuerdos pesan mucho en estos días.
Las fotos, las llamadas, las sonrisas, las lágrimas, hoy pesan más que ayer. Hoy mi alma está partida, rota y vacía, -nunca pensé que este dolor fuera parte del amor-.
Hoy lo que más extraño es un abrazo tuyo -tú más que nadie sabes el significado de un abrazo para mí-, y también el sabor de tus labios. Tengo un nudo en la garganta, con nombre y apellido, y muchas palabras lo acompañan, pero la que más sigue pesando -pesar, del verbo te necesito- es el TE AMO que lleva consigo.
No se si volveremos a coincidir en esta vida, pero algo que hasta la fecha -Día Cuatro- no se me olvida, es que eres el amor de mi vida, y eso no habrá nada que pueda cambiarlo, al igual que ayer y todos estos días, te extraño siempre.