El fuego me ha robado el otoño
de hojas tristes,
de tonos ocres,
de rafagas de viento,
de atardeceres amari-rojos.
Yo
que viajo entre estaciones
tan ansiosa de alcanzarlo,
que cuando por fin está aquí
llega con mi inspiración de la mano,
tan lindo, tan tímido,tan mío,
tan otoño, tan dulce otoño.
Me recibe su aroma,
lo recibo sonroja
con sabor a café en la boca.
Pero el fuego me lo ha arrebatado,
celosamente, me lo ha quitado.
En sigilo me lo ha robado,
llevandose todo,
dejando nada,
sólo un montó de cenizas
para mi alma.