Arrebol en sus mejillas iluminan su semblante,
de sus dedos las caricias, aventura impresionante.
Fusión completa en su abrazo, es cobijo su pasión,
comiéndose con los ojos, va subiendo la tensión.
Susurros prenden la vela, del latir de los sentidos,
cordura vuela a otros puertos, sobre si cien mil cupidos,
Embriagados del perfume, absortos ante el talante,
sumisos por la ternura, bajo esta luna menguante.
Las estrellas con su brillo, acompañan la pintura,
el viento sobre los arboles, la escena configura.
La noche cae cansada, exhausta por tanto amor,
frente a la hoguera encendida chispas de luz y color.
Dolores Egea ( Lolaila)