Tus labios,
son llamas ardientes,
llama calcinante que recorres por mi cuerpo,
como saciando volcanes encendidos, expectantes.
En urgencia vas bajando mis colinas,
esos labios tú los posas en un vientre palpitante excitado,
mis manos desesperadas guían tu lengua
a un cráter en erupción a un cráter impaciente.