Un copo de algodón
de su rama se ha escapado
y por el viento empujado
hacia el cielo se elevó.
El viento por ser inestable
la forma desfiguró
de aquel copo que bailón
daba vueltas por el aire.
Pobre del copo en cuestión
que al verse tan indefenso
formó caudales inmensos
del llanto que derramó.
El níveo copo de algodón
fue subiendo lentamente
hasta que un día de repente
en nube se convirtió.