Te acercaste, tus ojos zigzagueaban en mi mirada , en mis labios,
Me llevé las manos a la cintura, temblorosas te esperaban.
parí el encuentro como una intrusa, te acercaste, rocé tus manos,
creo que se me elevó el alma y dejé mi cuerpo junto a tu pecho.
Reconocí que desnudaste mis silencios, te guiaba mi suspiro intermitente,
supuse el después y se aceleró mi discurso a punto de caramelo.
Me dejé llevar por el recorrido de tus ojos y tus manos, como un remolino
perdí mis prendas, mis miedos se exparcían en esa mezcla de humor clandestino.
Y fuiste mío y me hice tuya como una mujer enhebrada de fuego, encendida, rival.
Tal vez otras se demoraron con mil caricias, yo solo supe llevar el ritmo de tu jadeo.
Añoraba hacerlo, enamorada, así con el impacto implosivo de tu piel y tu vuelo!!!