Me fuí dando pasos
sin apenas inspiración,
el sendero largo
alfombrado de luceros del cielo
siguiendo latidos de mi corazón.
Destellos de luz hallé
en la senda del camino,
brillante aspersión de estrellas relucio.
Era fabricánte de lágrimas
en otros tiempos,
hoy en el cuenco de mis manos
vive el aire limpio
y la alegría,
en mis ojos
el dulce reposo de tu pecho,
en mis palabras
anida el calor
de cien ovillos de lana.
Senda azul,
guía en el cielo
como telón estrellado de
perenne eternidad,
luminar de mis noches en desvelo.
¡Senda azulada!
me conduces
por el bosque habitado
en las horas serenas del corazón
donde se bien que me amas.
10-9-2017