Ansías de derramar mi esencia
en el interior de tu templo,
ser fusión atómica en el universo,
destilar los lagrimales en el libido,
besar la constelación de poros en tu piel,
morir lentamente en tu triangulo,
resucitando en el verso de tus labios.
Se desgarra mí corazón al latir
vuela en el sonido, se troza
en la lejanía de tu perfil.
Sueño el jardín de tus memorias,
siembro allí semillas que son lo mejor de mí,
con caricias las cuido
hasta que brotan en el fruto más dulce,
en la flor inexistente de colores
inimaginables.
Ansías de volar enlazados,
de vivir en tus mejillas,
en los hoyuelos de Venus
ahí arriba del monumento de tus piernas.
Ansías de vivir en tu mirada cósmica,
en tu boca infinita,
en el laberinto de tu risa.