La noche se pone fría, tensa, angustiada
la luna se adormece, triste, cansada
viendo al anciano pensar.
Pensar en recuerdos de su juventud
recuerdos que provocan en él, el llanto
porque se emociona al recordar lo vivido.
Un hilo imaginario une esos dos seres
que comparten sentimientos mutuamente,
una gran necesidad de uno para el otro
como la que el hijo a su madre siente.
Ahora el anciano se siente realmente triste
y recuerda lo que con su pequeño vivió
pues este padre tuvo un hijo
que de un instante a otro lo perdió.
Pero sin embargo a la luna le sonríe
y le agradece por estar con él
cierra los ojos y ve el abismo
el fin del camino ya lo pudo ver.
Entonces el viento sopla repentinamente
y las hojas vuelan por todo el lugar
tres negras lágrimas de la luna caen
la muerte fría ya lo vino a buscar.
¡La vida entera es una estrella fugaz!
A.M.Carvallo