En el siglo XXI,
el orbe ya no se oscurece,
mas las blancas sonrisas reinan sobre la maldad.
Se consiguió lo inhumano por lo humano y se pregunta:
Inteligencia ¿para que buscar?
Se diviniza con ahínco a la màquina,
se profana con inquina el fin,
se inventa la brújula sagrada,
más se pregunta ¿para donde ir?.
Fueron los insaciables saciados,
información en la oscuridad,
con su libertad en la cárcel
y con sus derechos de vida en el campo de muerte.
Las escisiones han sido superadas
¡oh cabezas levantadas!
Ni pensar en discernir podréis.
¡Del enjambre de los insectos no seréis separadas!
Del orbe todo el oro extraído ha,
hasta el núcleo aferrados de la insondabilidad.
Riquezas para solo aquel que en La Bolsa tenga monedas,
expuestas con libertad en las arenas.
Saciados de cuerpo en lujuriosos banquetes,
todos los estómagos satisfechos han.
Mas con el cuerpo mientras sollozamos,
¿a donde nuestra alma muerta va?
¿Mas quien en el siglo XXI podría quejarse?
Detective de la pesadumbre sería,
mimado entre algodones viviría.
¿Acallarlo todos deberíamos con inquina?
¿Cuando acabara la positividad?
Aquella del hombre que sonríe
sabiendo que un mar de cuchillas lo espera detrás.
¡Siglo XXI acaba ya¡