¿Cuantas veces estuviste,
sin que yo me diera cuenta?,
¿cuantas señales perdiste?,
¿cuantas puertas entreabiertas?
¿Cuantas veces tu quisiste,
callarme con una promesa?
y tan solo sonreíste,
para no ponerme a prueba.
¿Por qué no me lo dijiste?,
sé que soy de las más ciegas,
yo no te vi y tú me viste,
jamás superé la niebla.
¿Por qué nunca compartiste,
el teorema en tu cabeza?,
¿por qué no te decidiste?,
y olvidaste la estrategia.
A veces quise rendirme,
consiente de tu belleza,
de tus bromas y el despiste,
sin temerle a la sorpresa.
Nunca lo supe posible,
eres como esos cometas,
que se van sin admitirte,
que volar no es un problema.
¿Por qué no me detuviste,
cuando me fui a otro planeta?,
¿por que siempre defendiste,
con honor todas mis guerras?
Sé que no soy la más simple,
también yo ignoré las cuentas,
a tu lado lo sublime,
y la intriga por bandeja.
¿Por qué nunca supe oírte?,
y me fallaron las piernas,
¿por qué no me desvestiste,
una noche de tormenta?
Y hoy que cada quien resiste,
en la piel más extranjera,
los dos sabemos que existe,
síntomas de turbulencia.
Tarde para descubrirte,
y besarte la prudencia,
tu ya tienes quien te cuide,
aunque solo yo te entienda.