El hombre es un ebrio,
siempre anda ebrio,
en su tremendo vacío
la ilusión
debe emborracharse.
En su realidad
hay tumultos de cosas
seres piedras, espinas,
y por andar tan borracho
no distingue nada.
El hombre ebrio siempre andando
siempre golpeándose
siempre tropezándose,
un trago es su esperanza
para seguir viviendo
de ilusiones y tristezas.