Que tú volvieras, esperaba.
Esperaba sentado solo en la orilla del mar.
Sacudía mi cabello el oleaje y el aire.
Como fieras, las olas venían y la inmensa mar me llamaba.
En lo bello las olas me sumergían.
Se desnudaban lentamente las blancas olas
y al contactar conmigo sonreían.
Toda mi mente se despejaba al acariciarme ellas todo mi cuerpo.
Se entrelazaban y extasiaban mis sentidos.
Cuando me enamoré de las olas y me hicieron olvidarte,
me hice un ferviente marinero
para, por siempre, estar en la libre mar.
FERVIENTE MARINERO(c) Antonio Portillo Casado
(Poema del Poemario \"Amanece copo a copo a copo\")